Dicen que en Hollywood a las rubias les va mejor. Para Reese Witherspoon este dicho tiene su parte de verdad y otra que debe explicarse. La parte que es cierta es que en la Meca del Cine su rostro es uno de los más conocidos y sus películas se han convertido en hits instantáneos de taquilla. Lo que debe conocerse bien es que el éxito no fue algo que le cayera del cielo.
Witherspoon ha trabajado duro para labrarse un lugar en el inclemente mercado artístico estadounidense, brillando en dos áreas que a pesar de estar separadas en el entretenimiento van de la mano: Talento y belleza.
Pero detrás de toda la gloria hay una mujer cuya vida personal ha pasado por altibajos. Ahora mismo, ella podría decir que alcanzó el Olimpo en la Meca del Cine al develar su placa en el Paseo de la Fama de Hollywood, pero por otro lado está lejos de alcanzar el equilibrio en el campo personal, uno que reconoce ha dejado descuidado durante mucho tiempo.
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