La cantante de Soul conquistó a su público y deslumbró en el escenario en su primer concierto después de dos años realizado en la capital rusa.
A pesar de su prolongada ausencia de los escenarios, Amy Winehouse sigue despertando pasiones. La chica es un trofeo y hay quienes darían lo que fuera por verla actuar de nuevo. Un millón de libras (1,18 millones), por ejemplo. Eso es exactamente lo que ha pagado un misterioso hombre de negocios ruso por un show privado de dos horas de la cantante británica en Moscú el pasado fin de semana. Se trataba del primer concierto completo de Winehouse y su banda en los últimos dos años, en los que ha estado retirada, batallando con su turbulenta vida sentimental, el alcohol y las drogas, que la pusieron al borde del precipicio.
Quienes la vieron en la capital rusa usaron el mismo adjetivo: «Fantástica». «Amy estuvo estupenda y hubo muy buena comunicación con el público. Tiene muchos fans en Rusia y a juzgar por la reacción del público no decepcionó a nadie con su concierto», ha contado un amigo de la cantante presente en el concierto. Entre el público que acudió a tan exclusiva cita estaban el oligarca Mikhail Prohorov y el presidente de la federación rusa de fútbol, Sergei Kapkovym, celebrando quizá la designación de Moscú como sede de los Mundiales del 2018.
Los organizadores habían reservado para la artista una lujosa habitación en el centro de la capital moscovita, pero Winehouse al parecer tenía prisa y se las ingenió para ir y volver en el mismo día a Moscú. No era después de todo su primera visita a la ciudad. Otro oligarca, el famoso propietario del Chelsea, Roman Abramovich, ya había contratado a la joven artista en el 2008 para cantar en la inauguración de la galería arte de su actual compañera sentimental, Daria Zhukova. La británica, de 27 años, es muy popular en Rusia, especialmente después de haber revelado que su abuela fue una emigrante de aquel país.
Si las cosas no se tuercen, el 2011 será el año del retorno por la puerta grande de Winehouse. Muy recuperada físicamente, con un aspecto más saludable tras una reciente estancia en Barbados, en las próximas semanas la cantante actuará en una gira de seis conciertos en Brasil. Allí pasará las Navidades y el Año Nuevo, y podrá disfrutar de paso de las temperaturas veraniegas y las cálidas playas que tanto le gustan. Amy está además grabando su tercer álbum, tan esperado después del éxito de Back to Black, que en el 2006 la propulsó a la fama. El nuevo disco, con un estilo diferente al anterior, se está cocinando muy lentamente y no tiene aún fecha de publicación. Con voz y estilo propio, en octubre lanzó su nueva colección para la firma de ropa Fred Perry, para la que ha creado una gama de prendas.
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